El pan es un alimento de primera necesidad. Es consumido todos los días en la dieta de muchas personas, y por esta alta demanda es fundamental que el pan sea elaborado correctamente. Con ingredientes de buena calidad, cuidados procesos y maquinaria adecuada (hornos, cámaras de fermentación…) conseguiremos crear el mejor pan posible.

 

Existen muchos tipos de pan y en gran variedad; pan candeal, pan rústico, pan de flama… sin embargo, sin importar esta gran diversidad, la mayoría de panes están conformados por cuatro componentes principales. Por ello, te compartimos los ingredientes perfectos para hacer pan.

 

Harina

 

El primer ingrediente, que es sin lugar a dudas el más importante e indispensable para la elaboración de pan, es la harina. La harina es el polvo que resulta de moler una determinada semilla de un cereal, en este caso el trigo, que es la harina en la que nos vamos a centrar. La fuerza de una harina es básicamente su contenido en gluten (un tipo de proteína). A mayor cantidad de gluten, más fuerza y más capacidad tendrá la masa de aguantar la presión del gas que genera la fermentación.

Aunque es posible obtener harina de diferentes cereales, la más utilizada y preferida para realizar pan es la harina de trigo, que es rica en gluten y carbohidratos, y que contiene minerales beneficiosos para el organismo como el hierro, calcio, potasio y zinc. Entre los elementos más importantes de la harina de trigo, se encuentra el almidón, que es el ingrediente que al entrar en contacto con el agua, hace que la masa esté hidratada durante el amasado y contenga sustratos para la fermentación. Además, la harina contiene cantidades ideales de vitaminas B1 y B2 y no contiene colesterol, lo que hace que el resultado final del proceso de panificación, cuente con un alto valor nutricional.

Ahora que ya conoces los ingredientes perfectos e ideales para hacer pan, solo hace falta que adquieras los productos de mejor calidad, para obtener ¡pan de calidad!

Agua

El agua es uno de los ingredientes clave del pan, especialmente al principio, ya que si su cantidad y temperatura no son las adecuadas, la masa no será óptima y las dificultades empezaran desde el amasado. No obstante, su uso y participación no es tan sencilla como aparenta.

Es importante, sobre todo, en dos fases. La primera, en la formación del gluten. Éste se forma en presencia de agua y ayuda a dar consistencia a la masa. Además, como buen líquido, se encarga de la correcta mezcla y disolución del resto de ingredientes (sal, azúcar y levadura). La segunda, en el fermentado. Si queremos que la levadura fermente rápido, necesitaremos que la masa esté lo suficientemente húmeda.

 

Levadura

La levadura ha formado parte del proceso de elaboración del pan durante miles de años, es uno de los ingredientes más importantes para hacer pan. Es el elemento que participa activamente en la fermentación, que es cuando los azúcares y fermentables en la masa, se transforman en dióxido de carbono y etanol, lo que hace que la masa aumente de tamaño. Además metaboliza almidones y azúcares sin afectar las proteínas como el gluten, contribuye en el aroma y sabor tan característico del pan, y es el ingrediente que otorga una estructura suave y esponjosa a las migas.

Sal

Es un ingrediente que participa en la cocción del pan, en la formación del gluten, aporta sabor a las migas y regula la fermentación, evitando que la levadura se fermente desordenadamente. También hace que la masa sea más compacta y fácil de manejar. Para hacer pan, es recomendable utilizar sal sin refinar que contenga sales de calcio y de magnesio.

 

En futuros blogs entraremos más al detalle con todos estos ingredientes.

Contacta con nosotros si quieres probar alguno de nuestros productos. Si tienes una tienda o negocio de hostelería podemos orientarte sobre cómo empezar con el pan.

Uno de los pequeños detalles que alegran a cualquiera cuando sale de casa por la mañana es el olor a pan recién hecho proveniente de un negocio de panadería. Es ese tipo de cosas que embellecen y dan color a los barrios. Las panaderías son uno de los negocios más tradicionales y antiguos del mundo.

No obstante, se trata de un sector que se encuentra en pleno crecimiento y es que son muchos los emprendedores que se plantean cada vez más montar una panadería. Según los últimos datos de Asemac (Asociación Española de Panadería, Bollería y Pastelería), la producción de pan en España alcanzó el pasado ejercicio un volumen de 791.136 miles de kilogramos, lo que supuso un incremento de un 0,5% respecto a los datos de producción de 2017 y facturó un 1,1% más, 855.761 miles de euros.

Por este motivo, más de un emprendedor decide dedicar su vida a que no muera la cultura panadera y se lanza a abrir una panadería en España.

Pan Mayado

Todo lo necesario para tu negocio de panadería

Primero de todo tenemos que decidir que tipo de negocio vamos a comenzar. Una panadería en la que fabriquemos nuestro propio pan, una panadería donde vendamos pan de otras panaderías locales a nuestra elección o un poco de ambas.

A parte de un local y un horno, uno de los aspectos más necesarios para montar un negocio de panadería, es la maquinaria.

Realmente para comenzar un pequeño negocio de panadería en la que vendamos pan de otros negocios, no se necesita mucho: unas bandejas para hornear, un buen horno, quizás una cámara frigorífica.

Sin embargo, si lo que quieres es fabricar por ti mismo el pan o una parte de ello, necesitarás al menos: una pequeña amasadora; un armario de fermentación, que es clave para que cada día tengamos pan a primera hora de la mañana sin tener que pegarnos ese madrugón y poder estar trabajando más tiempo el panadero de cara al público; una mesa de trabajo y el peso.

Por otro lado, también es necesario un mostrador, aparte de bandejas para hornear, herramientas de repostería, un refrigerador y otros pequeños electrodomésticos. No obstante, en el caso de querer incluir una pequeña zona para que los clientes consuman, también será necesaria una cafetera, unas mesas con sus respectivas sillas y cubertería.

¿Cómo debo montar una panadería?

Para montar una panadería, en primer lugar, hay que elegir la ubicación del local en base al tipo de público e ingresos que se pretendan conseguir, tener un buen asesor fiscal y un perito de confianza para evitar futuros problemas. Asimismo el local elegido debe de tener una serie de requisitos para albergar un negocio de panadería como desagües y salida de humos ya que de lo contrario serán necesarios hornos eléctricos en lugar de los de gas, y, aunque los primeros vienen hoy en día muy preparados, el consumo económico es superior al gas y el coste del producto se puede disparar bajando la rentabilidad del negocio.

Otro de los aspectos que se recomiendan para abrir una panadería es una buena planificación de mercado: un buen plan de negocio previo en base a la zona donde se va a instalar, futuro ticket medio, movimiento por hora, media de edad de la zona, el sector social y los servicios del lugar. Así como equipamientos top, cuanto mejor sea la tecnología de la que nos rodeemos mejor será la calidad del producto; formación y conocimiento práctico.

Consejos para abrir una panadería

Una de las preguntas clave que se tiene que hacer cualquier emprendedor que quiera abrir una panadería es: “¿Qué voy a vender?”. Para resolver esta pregunta uno de los principales consejos es echar un ojo a la competencia cercana y estudiar qué es exactamente lo que ofrecen y en qué cantidad. También es necesario conocer cómo es el barrio en cuestión y qué gustos son los mayoritarios. Pero, si algo se debe tomar como indispensable, es la calidad y la disponibilidad al público.

Hoy en día es posible elegir entre un amplio abanico de tipos de panaderías. Desde las que sólo ofrecen productos precocidos, hasta las especializadas en panes integrales o con semillas. Entre los nuevos modelos de negocio están las panaderías online, las que ofrecen otros productos para llevar (como tartas), las franquicias o las que tienen servicio de cafetería. La cuestión es distinguirse de la competencia y fidelizar a los clientes.

 

Desde Pan Mayado nosotros podemos ofrecerte un amplio catálogo de productos para tu panadería. La calidad de nuestras materias primas, los cuidados procesos desarrollados durante años sumado a la tecnología más avanzada, hacen que consigamos una satisfacción de nuestros clientes y un aumento generalizado de sus ventas en panadería.

 

Fuente: https://www.autonomosyemprendedor.es/

España es un país con un gran consumo de pan. Es un producto necesario en prácticamente cada comida. Si has podido viajar a otros países de Europa, en los restaurantes habrás observado diferente a lo que pasa en España. Si bien en España nos sirven el pan normalmente lo primero junto con las bebidas, en otros países casi nunca ponen pan a no ser que lo pidas expresamente y, muchas veces, aunque lo pidas, no te van a traer la típica ración que nos ponen en España

En términos numéricos según Mercasa, en 2018 en España se consumieron un total de 1454,5 millones de kg de pan y se gastaron 3485,3 millones de Euros en este tipo de producto. En términos ‘per cápita’ equivale a 31,8 kg de consumo y 76,1 euros de gasto. Suponiendo un 77,8% del consumo el pan fresco y congelado y el 22,2% restante el pan industrial.

 

Dicho todo esto, el propio gusto personal es lo que nos va a hacer comprar un pan u otro, además de otros factores como la cercanía de un local, el precio o la hora del día a la que podamos comprar. Ahora vamos con una serie de trucos para reconocer un buen (o mal) pan:

  • Tener harina por encima no es sinónimo de buen pan o pan ‘rústico‘. Mucha gente asocia el pan rústico a un pan de calidad y muchos fabricantes se aprovechan de esta circunstancia. Echan un poco de harina sobre un pan blanco normal para dar al pan un aspecto de pan rústico. Si te gusta el pan con harina por encima, perfecto, pero ¡ojo, no por llevar harina por encima es de mejor calidad o rústico!

 

  • Al cortarlo, el pan se desmiga. Si bien es cierto que prácticamente todos los panes sueltan migas al cortarlo, sospecha de los panes que lo hacen en exceso. Esto es debido a una fermentación excesivamente rápida y los almidones como el gluten no tienen tiempo para hidratarse correctamente. Evítalos.

 

  • Tiene ‘puntitos’ en la suela del pan. Es un signo de que el pan ha sido cocido en un horno de aire rotativo. No queremos decir que al cocer un pan en un horno de este tipo el pan sea automáticamente malo, ya que si las materias primas son de alta calidad, los procesos son los debidos y la fermentación adecuada… se puede lograr un pan muy sabroso y estético, pero normalmente es un signo de que el pan es de peor calidad. Después de incluir todos los mismos ingredientes y seguir los mismos procesos, un horno de piedra normalmente te va a dar una calidad superior a los hornos que dan a la suela del pan este aspecto tan característico.

  • Pan caliente no es sinónimo de buen pan. Aunque a casi todo el mundo le gusta comer el pan caliente, no es la mejor idea. Servir el pan caliente se ha convertido una práctica habitual en supermercados y tahonas. Normalmente se hace bajo la idea de «dar un mejor servicio» o «servir un pan más fresco» al cliente pero…¿y si no es así? ¿Y si es para camuflar las carencias del pan que sirven? Lo descubrirás con el paso de las horas.

 

  • Se queda seco enseguida. Probablemente es el síntoma más obvio. Si has comprado el pan por la mañana, caliente y recién horneado y por la tarde-noche el pan está seco…mala señal. Un buen pan de tamaño mediano, como una barra de 250 grs, guardada en una bolsa de tela debería aguantar bien durante todo el día. Huye del pan que compras ‘calentito’ y se seca antes de 6-8 horas.

 

Pues hasta aquí nuestros trucos para que reconozcas un buen o un mal pan. Siempre puede haber excepciones y al final todos nos guiamos por nuestros gustos y preferencias personales en cada momento, pero espero que te hayamos podido ayudar.

Si tienes una tienda, supermercado o local de hostelería, o si simplemente estás interesado en nuestros productos, no dudes en ponerte en contacto con nosotros.